domingo, 21 de octubre de 2012

VIDA DE SAN CARLOS BORROMEO.

San Carlos Borromeo, un Santo que tomó muy en serio las palabras de Jesús; ¨Quien ahorra su vida, la pierde, pero el que gasta su vida por mí, la ganará´´.
San Carlos Borromeo, nació en Arona (Italia) en 1538.Desde joven dio señales de ser muy consagrado a los estudios y exacto cumplidor de sus deberes de cada día. A los 21 años obtuvo el doctorado en derecho en la Universidad de Milán. Un hermano de su madre, el Cardenal Médicis, fue nombrado Papa con el nombre de Pío IV, y éste admirado de sus cualidades nombró a Carlos como secretario de Estado, altísimo cargo para un hombre tan joven. Y contra lo que todos esperaban, nuestro santo empezó a cumplir los deberes de su nuevo cargo con una exactitud que producía admiración. Parece increíble la cantidad de trabajo que San Carlos lograba despachar, sin afanes ni precipitaciones, a base de ser metódico y sistemático en todo. Había logrado mortificar y dominar sus sentidos, y su actitud era humilde y paciente.
 Era de familia muy rica,su hermano mayor, a quien correspondía la mayor parte de la herencia, murió repentinamente al caer de un caballo.El consideró la muerte de su hermano como un aviso enviado por el cielo, para estar preparado porque el día menos pensado llega Dios por medio de la muerte a pedirnos cuentas.Renunció a sus riquezas y fue ordenado sacerdote y mas tarde Arzobispo de Milán. Aunque no faltan las acusaciones de que su eleccion fue por nepostismo (era sobrino del papa)su enormes frutos de santidad demuestran que fue una eleccion del Espiritu Santo.
Como obispo, su diócesis que reunía a los pueblos de Lombardía, Venecia, Suiza, Piamonte y Liguria. Los atendía a todos. Su escudo llevaba una sola palabra: "Humilitas", humildad.  El, siendo noble y riquísimo, vivía cerca del pueblo, prívandose de lujos. Fue llamado con razón "padre de los pobres" Decía que un obispo demasiado cuidadoso de su salud no consigue llegar a ser santo y que a todo sacerdote y a todo apóstol deben sobrarle trabajos para hacer, en vez de tener tiempo de sobra para perder. Fue el primer secretario de Estado del Vaticano (en el sentido moderno). Fue blanco de un vil atentado, mientras rezaba en su capilla, pero salió ileso, perdonando generosamente al agresor. Fundó seminarios para formar sacerdotes bien preparados, y redactó para esos institutos unos reglamentos tan sabios, que muchos obispos los copiaron para organizar según ellos sus propios seminarios.
La noche del 3 al 4 de noviembre de 1584 murió diciendo: "Ya voy, Señor, ya voy". En Milán casi nadie durmió esa noche, ante la tremenda noticia de que su queridísimo Cardenal arzobispo, estaba agonizando. El Secretario del Papa, envió un mensaje a los sacerdotes de Milán diciéndoles: "Por el Cardenal Borromeo no ofrezcan misas de difuntos, sino misas de acción de gracias a Dios por haberle concedido tantas gracias y tan grande santidad".