San Carlos Borromeo, un Santo que tomó muy en serio las palabras de Jesús; ¨Quien ahorra su vida, la pierde, pero el que gasta su vida por mí, la ganará´´.
San Carlos Borromeo, nació en Arona (Italia) en 1538.Desde joven dio señales de ser muy
consagrado a los estudios y exacto cumplidor de sus deberes de cada día. A los
21 años obtuvo el doctorado en derecho en la Universidad de Milán. Un hermano de
su madre, el Cardenal Médicis, fue nombrado Papa con el nombre de Pío IV, y éste
admirado de sus cualidades nombró a Carlos como secretario de Estado, altísimo
cargo para un hombre tan joven. Y contra lo que todos esperaban, nuestro santo
empezó a cumplir los deberes de su nuevo cargo con una exactitud que producía
admiración. Parece increíble la cantidad de trabajo que San Carlos lograba
despachar, sin afanes ni precipitaciones, a base de ser metódico y sistemático
en todo. Había logrado mortificar y dominar sus sentidos, y su actitud era
humilde y paciente.
Era de familia muy rica,su hermano mayor, a quien correspondía la mayor parte de la herencia, murió repentinamente al caer de un caballo.El consideró la muerte de su hermano como un aviso enviado por el cielo, para estar preparado porque el día menos pensado llega Dios por medio de la muerte a pedirnos cuentas.Renunció a sus riquezas y fue ordenado sacerdote y mas tarde Arzobispo de Milán. Aunque no faltan las acusaciones de que su eleccion fue por nepostismo (era sobrino del papa)su enormes frutos de santidad demuestran que fue una eleccion del Espiritu Santo.
Como
obispo, su diócesis que reunía a los pueblos de Lombardía,
Venecia, Suiza, Piamonte y Liguria. Los atendía a todos. Su escudo
llevaba una sola palabra: "Humilitas", humildad. El,
siendo noble y riquísimo, vivía cerca del pueblo, prívandose de
lujos. Fue llamado con razón "padre de los pobres"
Decía
que un obispo demasiado cuidadoso de su salud no consigue llegar a
ser santo y que a todo sacerdote y a todo apóstol deben sobrarle
trabajos para hacer, en vez de tener tiempo de sobra para perder.
Fue el primer secretario de Estado del Vaticano (en el sentido moderno).
Fue blanco de un vil atentado, mientras rezaba en su capilla, pero salió ileso, perdonando generosamente al agresor.
Fundó
seminarios para formar sacerdotes bien preparados, y redactó para esos
institutos unos reglamentos tan sabios, que muchos obispos los copiaron
para organizar según ellos sus propios seminarios.
La noche del 3 al 4 de noviembre de 1584 murió diciendo: "Ya voy, Señor, ya voy". En Milán casi nadie durmió esa noche, ante la tremenda noticia de que su queridísimo Cardenal arzobispo, estaba agonizando. El Secretario del Papa, envió un mensaje a los sacerdotes de Milán diciéndoles: "Por el Cardenal Borromeo no ofrezcan misas de difuntos, sino misas de acción de gracias a Dios por haberle concedido tantas gracias y tan grande santidad".